Díaz Costa. Ceramista

La evolución de la cerámica en la Bisbal se ha producido, como en todas partes, gracias a la aportación del esfuerzo, la inquietud y la ambición de aquellos cultivadores que han buscado, siempre, incrementar su capacidad creadora y conseguir una mayor singularidad. Sin sus afanes, sin una consagración a la profesión que se encuentra en la raíz más profunda de su dedicación, la cerámica de la Bisbal no habría logrado, probablemente, el alto nivel y el reconocimiento de que disfruta hoy.

Entre estos esforzados perfeccionistas, no hay duda que Eusebi Díaz Costa ha jugado un papel capital. Un artista que, avanzado a su tiempo, fue capaz de desarrollar una idea creativa que, en su momento, fue del todo original y rompedora: él fue lo primero a entender que la cerámica de raíz popular y tradicional podía acontecer, además de utilitaria y funcional, un objeto con un claro propósito decorativo, y supo adaptar y renovar la producción a las nuevas exigencias estéticas. A este objetivo se dedicó con pasión y tenacidad, logrando con el tiempo una alta capacidad técnica y unos sólidos conocimientos de los recursos de una tan compleja disciplina, y fue capaz, a partir de la investigación y la investigación constante en materiales, formas y colores, de ofrecernos una obra cerámica única. Y todo esto haciéndolo sin un conocimiento heredado y de manera totalmente autodidacta, contando solo con su talento, creatividad y voluntad de innovación.

Iniciado en la cerámica en plena madurez creativa y vital, las piezas de Díaz Costa no dejan de sorprender con una obra singular e innovadora que evoluciona a través de la experimentación y la creatividad, consiguiendo una renovación de la alfarería de la Bisbal enfocándola hacia la cerámica de autor. Una nueva “cerámica decorativa” que evolucionará desde las piezas más tempranas que buscan deliberadamente acomodarse en la demanda de artesanía popular de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, entonces muy mediatizada por los impactos generados por el turismo y los retos resultantes, y que con el tiempo irán evolucionando hacia propuestas más creativas y diferenciadas. Una evolución que, desafortunadamente, se truncó de manera repentina por la muerte prematura del artista a los 56 años.

En la hora de hacer balance de la aportación de Eusebi Díaz Costa como ceramista, el impacto de su trabajo con los años se revela cada vez más importante y valioso, más coherente y variado del que pudo parecer cuando era vivo. Su figura es, sin duda, una pieza clave dentro del movimiento de renovación estética y técnica de la cerámica de la Bisbal d'Empordà que se produjo a mediados del siglo XX, y que estimuló la aparición de otras manufacturas alternativas a la alfarería tradicional con el gran mérito de haber sido el promotor y fundador –en 1943– de la primera manufactura orientada a la producción al por mayor de cerámica para la decoración y adalid durante años de esta modalidad.

Sin duda que la cerámica de la Bisbal debe mucho a este artista. El homenaje que ahora se le hace a través de esta exposición tiene que ser, a la vez que un reconocimiento a su obra y a la persona, una oportunidad para pensar en clave de futuro sobre la cerámica del territorio. Porque hay que mirar adelante siempre, definir nuevos proyectos y construir nuevas propuestas; y porque hay que perseverar en la voluntad de mejora de la cerámica de la Bisbal tal como en su momento hizo el mismo Díaz Costa. Este es su legado y nuestro reto; porque seguro que él no nos perdonaría que hiciéramos una parada en el camino, que miráramos atrás y pensáramos que se ha acabado el trabajo.