Madola. Vestigis

Ámbitos de l'exposició

Vestigis

Recuerdos de lo sentido. Memoria de lo que una vez fue. Restos de una experiencia. Vestigis, una quincena de piezas cerámicas a través de las cuales, cincuenta años después de su primera exposición -el año 1966, en el Ateneo Barcelonés-, Madola (Maria Àngels Domingo Laplana, Barcelona, 1944) continúa reflexionando sobre lo que la rodea -sobre la existencia cotidiana, personal y ajena-, y dando forma, con la fuerza de unas manos que dejan huella, a lo que vive y percibe, por fuera y por dentro. Un compendio de los últimos diez años de la artista, la obra de factura más reciente aunque heredera de una larga trayectoria, una visión íntima sobre el mundo por parte de una mujer apasionada, fuerte, de carácter. Quince obras en las que volúmenes, materias, texturas y colores conforman y definen uno de los universos más particulares del arte catalán contemporáneo.

¿Cerámica? ¿Escultura? ¿Arquitectura? ¿Diseño? No importa la etiqueta que queramos otorgar a la vasta producción de Madola. Materializado en gres refractario o derramado con colores sobre la superficie rugosa de un papel -en la idea inicial-, su arte no es más que pura comunicación, no es más que expresar a los cuatro vientos un mensaje lleno de símbolos y signos que, surgido de la tierra, el agua y el fuego, acaba haciendo de la vista y el tacto un único sentido. He aquí la necesidad de cualquier artista comprometido con su tiempo, ideológico y anímico: transformar en materia, dar cuerpo, después de un proceso reflexivo, al espíritu, la palabra y la vivencia.

Ante la cerámica de Madola -rompedora, contundente, seca, sobria, corpórea, lejos de los estereotipos- nadie queda indiferente y menos aún en esta ocasión. El espacio expositivo, la antigua factoría de revestimientos cerámicos -acertadamente reconvertida en museo- implementa el sentido de las obras que cobija: cuerpos monolíticos, totémicos, en forma de altares, de vasos litúrgicos, de estelas, de picas, de ruinas arquitectónicas, evocaciones -vestigios- de otros mundos... Madola hace de este entorno industrial, del contacto directo de la pieza con el pavimento -sin peanas, sin obstáculos-, de los muros de ladrillos, de las vigas de hierro, de los espacios diáfanos, un elemento más de su creación, y lo hace sin roturas, sin choques visuales estridentes, hecho tan habitual en sus instalaciones. Como nosotros, seres humanos, su arte es, y sólo es, en relación a la realidad de la que sale y en la que se empapa.

En Vestigis, con la energía, la vitalidad y la creatividad que la caracteriza, Madola establece un diálogo sereno, pausado, entre un pasado milenario, de antiguas civilizaciones -la tradición tanto artesana como artística que la ha precedido- y la modernidad, aquella ansia constante de investigar, de experimentar, de buscar y descubrir nuevos lenguajes, de abrir nuevos caminos en pro de una evolución tan natural como necesaria en cualquier área de la actividad humana. Dos maneras, dos conceptos bien opuestos, de encararse con la misma materia prima, pero con algo en común: el hombre, el único destinatario de unos objetos útiles en la práctica -el origen- y necesarios ahora al espíritu - la esencia.

el testimonio de un tiempo presente a partir de uno pasado; el deseo de un nuevo mundo -el nuestro-, que la artista sueña mejor, más justo y libre.

Joan Miquel Llodrà Nogueras
Historiador del Arte

Madola

Madola nace en Barcelona. Cursa estudios de cerámica en la Escola Massana, es licenciada en Escultura y doctora por la Facultat de Belles Arts de Barcelona. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas desde el año 1966 en diferentes lugares de España y del extranjero. Tiene obras en varias colecciones, así como en museos nacionales e internacionales.

Ha obtenido numerosos premios. Es miembro de la Academia Internacional de la Cerámica, del World-Craft Council de la UNESCO y de la Reial Acadèmia de les Ciències i les Arts de Barcelona. Es invitada por diferentes instituciones públicas y privadas a impartir seminarios y conferencias sobre cerámica de gran formato.

Desde 1988 trabaja obras de gran formato para espacios urbanos. En Barcelona “Castella” 1992; en Manchester “Mediterrània” 1995; en el Morell “La mà com a eina” 1999; en la N-340 en Sta. Maria de Cervelló “Art i Natura” 2004; en Icheon Park Corea “Memory Catalonia-Corea” 2006; en la carretera de enllace en Premià de Dalt “Rotonda Blava” 2007; en el Museu del Disseny “Orgànic” 2013; en el Cementiri d'Arenys de Mar “Donar forma a la paraula” 2013; y otras obras en espacios públicos y privados.

Simultáneamente a su obra en cerámica, trabaja sobre vidrio y papel y crea obra gráfica desde 1980.

Madola-Espriu 2013 “Donar forma a la paraula”

Realitzado por Oriol Albaigés Blasi

Los últimos meses del año 2017 Catalunya, nuestro país, ha sufrido toda clase de acosos, desprecios y negaciones; y, finalmente, represión policial. Esta es la situación que permite que cuatro líderes independentistas estén en prisión preventiva como castigo y escarmiento por unos delitos que les atribuyen pero que no existieron, ya que ellos mantuvieron una actitud personal sin violencia y siguieron siempre la vía pacífica y el diálogo.

Escuchando, leyendo y mirando durante todo este tiempo, mi indignación fue subiendo de tono, y he querido hacer visible la protesta sobre el papel. Es así como salieron estos dibujos, formas de cabezas a los que Montse Asens ha dado la palabra.

Como un ideario sobre los días pasados en boca de estos personajes, han ido aflorando sentimientos, pensamientos, realidades. Así me gustaría comunicarlo al lector y, al mismo tiempo, dar a los presos todo nuestro apoyo.

Introducción de Madola a la publicación Ostatges polítics (pdf).

Montaje

Inauguración

Créditos

Producción y organización: Terracotta Museu de Ceràmica
Coordinació: Xavier Rocas
Textos: Joan Miquel Llodrà
Fotografías taller del artista y obra: Jordi Geli
Fotografías exposición y montaje: Terracotta Museu
Diseño gráfico exposición: Glam, Comunicació i Disseny
Diseño catálogo: Pere Álvaro

Agradecimientos

La artista y el Terracotta Museu de Ceràmica quieren expresar su agradecimiento a las personas y profesionales que han ayudado a hacer posible esta muestra y, de manera especial, a David Moliner M. y a Joan Miquel Llodrà. También, y singularmente, se quiere agradecer a todos aquellos hombres y mujeres que a lo largo de los años, han acompañado al artista en la consecución y desarrollo de su obra.